Esta decisión de la OMS pone en peligro una década de avances para permitir que millones de personas dispongan de acceso a sustancias fiscalizadas para aliviar el dolor.
A fin de alimentar el informe para la UNGASS que está siendo elaborado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, ONG de todo el mundo han presentado sus aportes sobre cómo la fiscalización de las drogas afecta los derechos humanos.
Basándonos en la evidencia científica acumulada y los datos existentes sobre los usos no médicos de la ketamina y su valor terapéutico, existen serias preocupaciones sobre la clasificación de la ketamina bajo el sistema de control internacional.