Youth Rise difunde las principales conclusiones de su Informe, que examina datos cualitativos de 8 países que ponen de relieve los retos y las necesidades de las personas jóvenes usuarias de opiáceos, desde una perspectiva de reducción de daños y derechos.
Nelson y Nnam analizan cómo el entorno socio-legal de Nigeria impacta el uso de cannabis de las mujeres jóvenes, haciendo un llamado a intervenciones a nivel estructural para fomentar un uso más seguro.
Michaud y otros analizan el discurso público en torno al suministro más seguro, resaltando las implicaciones del pánico moral para las personas usuarias de drogas y el acceso a la salud.
Youth RISE, SSDP International y Young Wave presentan un marco de sostenibilidad para desarrollar habilidades, conocimientos, redes y estrategias para las juventudes en organizaciones relacionadas con las drogas a nivel internacional.
La OACDH presenta al Consejo de Derechos Humanos su informe acerca del impacto del problema mundial de las drogas sobre los derechos humanos; el documento insta a los gestores de políticas a adoptar un enfoque de políticas de drogas centradas en la salud y los derechos humanos.
En vísperas de la Semana de las Políticas en África, activistas dedicados a reformas referidas a drogas en Ciudad del Cabo recibieron capacitación en vídeo y medios de comunicación para realzar sus actividades de incidencia e impulsar cambios positivos.
La Comisión de Asuntos del Interior pide al gobierno británico que revise su anticuada legislación sobre drogas y adopte un enfoque de salud pública respecto a estas sustancias.
La Coalición Juvenil Paradigma subraya la importancia de implicar a los jóvenes en la elaboración de políticas progresistas en materia de drogas, cuyo núcleo sean los enfoques basados en pruebas, la inclusión y la reducción de daños.
Dennis et al. presentan una serie de artículos que emplean el concepto de "narcofeminismo", un movimiento colectivo de mujeres usuarias drogas para movilizarse, luchar por su derecho a la autodeterminación y hacer oír su voz.
Las organizaciones juveniles se movilizan para exigir un tratamiento más accesible y programas de reducción de daños, y para acabar con la criminalización y la violencia estatal.
El informe aboga por la descriminalización de las drogas y un acceso más fácil a espacios de inyección más segura, en un esfuerzo para reducir los daños, así como para alentar tratamiento y apoyo para quienes consumen drogas.
Movement for Family Power destacan los importantes pasos necesarios para poner fin a la guerra contra las drogas en las familias, como despenalizar el consumo de drogas por parte de los padres y eliminar las barreras al acceso a la atención sanitaria para dar prioridad al bienestar de las personas embarazadas y las familias oprimidas por los sistemas de control.