Expertos invocan la acción inmediata para frenar el impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la crisis de sobredosis, incluyendo el reforzamiento de acciones para la reducción de daños.
La idea inventada de un “otro” monstruoso y prescindible de quien la sociedad debe protegerse a cualquier costo, se encuentra en el meollo de la catástrofe que es el encarcelamiento masivo.
Hay una urgente necesidad de incluir el tratamiento con cannabis en el sistema de salud pública en Brasil para que las familias de bajos ingresos puedan beneficiarse de él.
Mientras los EE.UU. abandonan las políticas referidas al cannabis que ayudaron a universalizar, la India debe reconsiderar su prohibición sobre una planta arraigada en la tradición de este país.
Expertos de la sociedad civil acogieron esta medida como un paso en la dirección correcta, pero hicieron un llamado para acabar con todas las formas de castigo contra personas que consumen drogas.
Para reducir el número de muertes, Escocia debe abandonar fallidas respuestas punitivas y priorizar la reducción de daños como parte de un paquete de medidas para promover la salud y el bienestar.
Tuari Potiki, presidente saliente de la Fundación sobre Drogas de NZ, aborda las discriminaciones que los maoríes enfrentan a manos de la punitiva legislación neozelandesa sobre drogas.
Hacer que la reducción de daños sea accesible a personas en prisión mejora los resultados de salud para las personas encarceladas, el personal penitenciario y la sociedad en su conjunto.
La Comisión sobre Políticas de Drogas del Hemisferio Occidental propone un cambio en las prioridades de las políticas sobre drogas, pero los críticos replican que una guerra contra las drogas con criterios de salud pública sigue siendo una guerra contra las drogas.