Sin apoyo gubernamental, los cultivadores tradicionales de Mpondolandia se enfrentan a una dura competencia para participar en el incipiente mercado legal del cannabis en Sudáfrica.
Los activistas de DULF han encabezado una intervención para salvar vidas mediante la distribución de drogas de contenido conocido, encendiendo un debate crucial sobre la necesidad de políticas de suministro más seguras para prevenir las muertes por sobredosis.
Los clubes de cannabis han estado sujetos a tasas crecientes de cierres y sanciones económicas, y el ICEERS está abogando por protección y regulación para proteger este modelo importante.
Los políticos pueden tratar de utilizar la criminalización de las drogas en Oregón para presionar por políticas punitivas en Colombia, pero, debido a las diferencias en el contexto y la política, este es un argumento equivocado.
La Asociación Médica Estadounidense apoya la descriminalización y rechaza el enfoque de la «guerra contra las drogas» en favor de modelos basados en la salud pública y los derechos.
Sudáfrica se ha convertido recientemente en el primer país africano en legalizar el consumo y el cultivo de cannabis, pero persiste la incertidumbre sobre el comercio.
El proyecto CAMBIE avanza la práctica del consumo supervisado integrando conocimientos globales y locales para prevenir sobredosis y detectar nuevas sustancias.
El presidente Cyril Ramaphosa promulga la Ley de Cannabis con Fines Privados, que legaliza el consumo y el cultivo de cannabis por adultos en un entorno privado.